Enfrentar el diagnóstico de una enfermedad grave provoca en el paciente y su familia un impacto emocional fuerte, en el que se mezclan sentimientos de ira, tristeza, angustia, aflicción, estrés, impotencia, desolación y desesperanza.
Con el propósito de ayudar a las personas a enfrentar este desafío, la organización Voz Pro Salud Mental Ciudad de México (VPSM CDMX) proporciona una serie de recomendaciones para hacer frente a este proceso.
- Permítase procesar las emociones. Es necesario llorar, desahogarse, enojarse y hasta estar desilusionado. Destine algún tiempo para sentir esta aflicción con consciencia.
- Sea paciente con los tratamientos médicos; la mayoría requiere semanas o meses para empezar a ver alguna mejoría. Es muy útil apoyarse en herramientas como la psicoeducación.
- Aprenda a vivir con los cambios en su vida: administrar correctamente su medicamento, hacer alguna dieta, hacer ejercicios de rehabilitación, tomar terapia, entre otras actividades saludables.
- Evite dejar que las preocupaciones añadan más factores de estrés al tratamiento. Canalice sus preocupaciones leyendo un nuevo libro, aprendiendo alguna manualidad y haciendo técnicas de respiración.
- Conecte con su red de apoyo. En estos momentos tan difíciles se necesitan amigos que escuchen y que puedan dar una visión positiva para salir adelante.
“Asimilar un diagnóstico grave requiere de tiempo, apoyo y claridad. El tiempo es crucial para procesar las emociones que usualmente suscitan con la noticia. De igual forma, fortalecer nuestra red de apoyo resulta esencial, ya que enfrentar la situación de manera solitaria aumenta la tensión y la angustia. Para ello, es muy importante contar con la información adecuada para poder compartir la situación ante nuestra familia y seres queridos. Por último, la comunicación clara con el médico es imprescindible para entender la enfermedad y los tratamientos disponibles”, agregó Gabriela Cámara, Presidenta honoraria de Voz Pro Salud Mental CDMX.
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De acuerdo con especialistas en la materia, el duelo es entendido como el estado emocional que una persona experimenta cuando enfrenta la pérdida de algo significativo, ya sea material o inmaterial. Esto puede abarcar el impacto de recibir noticias sobre enfermedades como diabetes, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o trastornos mentales, así como afrontar la pérdida de capacidades permanentes como amputaciones, parálisis o merma sensorial. Desafortunadamente, este tipo de situaciones son bastante comunes. Según el Instituto Nacional de Salud Pública, las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de mortalidad a nivel mundial.
Ante un suceso así, VPSM CDMX indica que la persona deberá asimilar y comprender su diagnóstico, reflexionar sobre las pérdidas experimentadas y prepararse para encarar su vida con esta condición en el futuro. Esto también es aplicable al familiar o amigo que acompaña a su ser querido en el proceso, sobre todo si este último padece de algún trastorno mental.
Según estadísticas del INEGI, se observa que más del 25% de los pacientes que padecen depresión, y no cuentan con una red de apoyo, reportan sentirse deprimidos durante un período más prolongado.
Adicional a lo anterior, la organización señala que la psicoeducación juega un rol fundamental en la aceptación de la enfermedad, en la capacidad para adaptarse a esta nueva realidad y en la manera en que se aprovechan los recursos con los que se cuentan. Especialistas como la Dra. María Luisa Rascón, Investigadora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF), la recomiendan porque proporciona las herramientas para reconsiderar y ajustar el proyecto de vida en medio de estas circunstancias.
Según el Journal of Family Theory and Review, cuando los padres de niños, pequeños o adolescentes se enfrentan a un diagnóstico de enfermedad grave, discapacidad o enfermedad terminal, pueden experimentar una sensación de pérdida permanente y un sentimiento de desilusión con respecto al futuro de sus hijos. En esta situación, los padres pueden parecer ausentes y poco receptivos. Esto es exponencial cuando se trata de diagnósticos sobre enfermedades mentales, pues muchos padres suelen caer en la negación y el miedo. En este contexto, es crucial recurrir a su red de apoyo y buscar terapia psicológica, para ajustar sus expectativas y gestionar el proceso de duelo.
Voz Pro Salud Mental CDMX ofrece grupos de apoyo y cursos de psicoeducación a familiares y usuarios con algún diagnóstico mental.
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