Por Ady Corona
México, D. F., 25 de julio (Mundo de Hoy).- Eso de que nuestro cuerpo es muy sabio es cierto, pues cuando tenemos síntomas raros que nunca antes hemos padecido son indicativos de que algo no anda bien, inclusive los llegamos a confundir sin imaginar que se trata de cuestiones más severas y de vital importancia.
Frecuentemente, ante la gran carga de trabajo y las actividades cotidianas podemos padecer de estrés, dolor de cabeza y rigidez en cuello, entre otros; lo podemos atribuir al cansancio o a que requerimos de un rato de relajación para que nuestro cuerpo vuelva a la normalidad.
No obstante, nunca imaginamos que posiblemente pudiera ser una meningitis lo que está atacando nuestro cuerpo sin pensar en las consecuencias que esto nos acarrea a nivel general, en caso de que el médico la diagnostique, se trata de la inflamación de las meninges, que son las membranas que cubren al cerebro y a la médula espinal, y luego de un contagio por vía bacteriana o viral -casi como sucede con la gripe- padecemos de estos síntomas.
La forma en que el doctor nos detecta qué tipo de meningitis se nos ha presentado es a través de una punción lumbar, que consiste en la introducción de una aguja a través de las vértebras lumbares y extraer el líquido existente para analizarlo, de esta manera podrá decirnos si se trata de un virus o una bacteria, para saber si es o no de gravedad que pudiera dejarnos secuelas en el sistema nervioso.
Además, se tiene que realizar un escáner del cerebro para saber si no hay ya áreas afectadas, pues si no se tiene un estudio completo al detectarse meningitis, se pueden tener secuelas psicomotrices e incluso del sistema nerviosos, reflejados en crisis convulsivas, en grado severos de somnolencia y reacción lenta del pensamiento.
Lo más importante es detectar los síntomas, pues de nada sirve saber que se tiene meningitis cuando ya están afectadas otras áreas de nuestro cuerpo, por lo tanto, ante síntomas como dolores continuos e intensos de cabeza, presencia de fiebre, dolor al mover los ojos, así como al rotar el cuello, aunado a rigidez de éste y al hacer movimientos de la columna no hay que descartar la posibilidad que se trata de una inflamación de las meninges, sobre todo cuando el vómito es recurrente y se detecta una especie de lentitud de pensamiento acompañada de crisis convulsivas.
Podría comenzar como un simple cuadro gripal, por lo cual hay que cuidar de las constipaciones de nariz y de casos de sinusitis, así como de otitis y afectaciones de las vías respiratorias.
Es muy importante recordar que ante este cuadro sintomatológico es muy fácil confundir la meningitis con otra afectación, además de la rapidez con que se presenta, ya que el germen se desarrolla en el cuerpo de dos a 10 días luego de la exposición y contagio a través de otra persona contagiada.
De este modo, la forma de tratamiento depende del grado de severidad de meningitis, que puede ir de simples analgésicos y antiinflamatorios hasta antibióticos que ataquen la bacteria dependiendo de las condiciones de salud general que el médico prevea.
Por lo tanto, es de vital importancia recurrir a un chequeo si se presentan algunos de estos síntomas, porque las secuelas pueden ser desde una sordera hasta crisis por epilepsia y retaso psicomotor. He ahí la importancia por la cual los especialistas sugieren no automedicarse ante gripes o afecciones de aparente ligereza, pues se pueden complicar y dejar a nuestro cuerpo en condiciones limitadas de pensamiento y movimiento.