Una técnica no invasiva para la toma de imágenes del cerebro
ofrece nuevas esperanzas a los pacientes que padecen de Parkinson de que se
encontrarán planes de tratamiento novedosos y mejores y para el seguimiento de
la progresión de la enfermedad, revela un estudio de la Universidad de
Michigan.
La técnica usa una imagen por resonancia magnética (MRI por
su sigla en inglés) para medir las oscilaciones de la actividad cerebral en
estado de reposo, dijo Rachael Seidler, profesora asociada en la Escuela de
Kinesiología y el Departamento de Psicología, que es la autora del estudio.
Las oscilaciones neurales en un estado de reposo son normales,
dijo Seidler. Sin embargo, en la parte del cerebro afectada por el mal de
Parkinson, llamada ganglios basales, estas oscilaciones neurales son
desordenadas y se extienden a otras partes del cerebro causando problemas de
cognición, memoria, movimiento y otros. Es como los círculos de ondas que se
expanden en el agua de un lago y afectan toda la superficie. Hasta ahora estas
oscilaciones neurales podían estudiarse solamente durante la cirugía o en
animales.
Un medicamento que reduce estas oscilaciones y las
perturbaciones siguientes en Parkinson es L-DOPA, dijo Seidler. Los sujetos de
investigación que no habían tomado su dosis matutina de L-DOPA concurrieron dos
veces para las pruebas y recibieron un placebo o L-DOPA. Cuando sus cerebros se
escanearon con el MRI, las imágenes mostraron que las oscilaciones
incrementadas se reducían con el L-DOPA.
%u201CEl cambio en la actividad cerebral apareció relacionado con
mejorías en los síntomas cuando los pacientes tomaron el medicamento, comparado
con los pacientes sin medicamento%u201D, dijo Seidler. %u201CPor ello sostenemos que la
técnica de toma de imágenes cerebrales que usaron debería ser un enfoque no
invasivo beneficioso para el control del
avance de la enfermedad y la evaluación de los nuevos tratamientos%u201D.
Sorprendentemente la imagen de MRI encontró que en algunos
casos el L-DOPA incluso frenaba demasiado las oscilaciones, como si el lago se
congelara. %u201CEn esta instancia se podría usar la imagen para un análisis
volumétrico de la dosis%u201D, dijo Seidler.
El proyecto involucró cuatro departamentos diferentes.
%u201CÉsta es una de las mejores colaboraciones%u201D, indicó Seidler.
%u201CLa ingeniería biomédica ayudó con los aspectos técnicos del análisis, mientras
que neurología y radiología ayudaron en el reclutamiento y examen previo de los
pacientes para determinar si podrían tolerar el protocolo del medicamento. No
podría haber hecho este trabajo sin ellos, y por eso para mí ha sido una
experiencia muy excitante%u201D.
Los colaboradores del estudio son Scout Peltier del Colegio
de Ingeniería de la UM; Youngbin Kwak, del Programa de Neurociencias de la UM,
y Nicholaas Bohnen, Martin Muller y Praveen Dayalu, de la Escuela de Medicina
de la UM.
Los pasos próximos incluirán el análisis de los mismos datos
para observar el tamaño de las oscilaciones %u2013las olas en la superficie del
lago- y la forma en que el tamaño se relaciona con el desempeño cognitivo y
motor de pacientes a los que se diagnosticó recientemente el Mal de Parkinson.