El aislamiento que vivimos a causa de la pandemia del Covid-19, ha traído serias repercusiones en los niños y adolescentes con epilepsia, al alterar sus patrones de sueño, alimentación y actividades cotidianas, las cuales pueden desencadenar episodios de crisis en los pacientes.
El Dr. Eduardo Barragán Pérez, neurólogo pediatra, Jefe del Departamento de Neurología Pediátrica del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, de la Secretaría de Salud, señaló que “la cuarentena ha provocado que muchos padres de familia se relajen” y no vislumbren los riesgos que conlleva la alteración de los horarios habituales para tomar los alimentos y dormir, sobre todo en el caso de niños y adultos.
“En una encuesta que acabamos de realizar, vimos que los chicos se empezaron a ir a dormir más tarde, entre 1 hora y media, y 2 horas después del horario acostumbrado, y esto genera problemas de desvelo que a los pacientes con epilepsia no les ayuda”, ya que se considera un factor que predispone a un aumento en los episodios de crisis en general, sobre todo en adolescentes con epilepsias de ausencia, generalizadas e ideopáticas, entre otros más. A esto hay que agregar que son sensibles al ayuno.
Otro factor que aumenta los episodios de crisis, -debido a que muchos tipos de epilepsia son fotosensibles-, “es el incremento del tiempo de exposición a pantallas: computadoras, Ipad, tablets, teléfonos inteligentes, consolas y pantallas, el cual se ha duplicado o hasta triplicado durante la cuarentena: tienen clases en línea, ven videojuegos, películas, chatean, etc.”
La alteración en los patrones de sueño repercute también en los horarios de alimentación. Antes de la cuarentena, por ejemplo, los niños y adolescentes se levantaban temprano, a las 7 de la mañana desayunaban y tomaban su medicamento. Comían alrededor de las 2 de la tarde y cenaban a las 8. Ahora desayunan a las 11 de la mañana y a veces comen y cenan hasta las 8 de la noche. “Se saltan alimentos y medicinas”.
El seguimiento y la toma puntual de los medicamentos también se ha visto afectada, pues ocurre que muchos niños y adolescentes que se duermen más tarde y se levantan más tarde, no se toman la medicación de la mañana y sólo lo hacen en la noche, lo que puede tener serias consecuencias.
También ha disminuido la actividad física, pues están todo el tiempo en sus casas y no hacen ejercicio; tienen además desorganizada la dieta y han subido de peso. Esto trae como consecuencia que las dosis de los medicamentos que toman queden por debajo de los requerimientos.
Por ejemplo, en niños y niñas con epilepsia en preescolar y primaria, si suben 2 o 3 kilos, es suficiente para que la dosis que toman ya no les cubra las necesidades y entonces puedan presentarse crisis, al no hacerse el ajuste de dosis correspondiente. Se estima que 1 de cada 5 puede tener este problema.
Recomendaciones
El Dr. Eduardo Barragán Pérez, quien también es Presidente de la Sociedad Médica del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, dio las siguientes recomendaciones a los padres de niños y adolescentes con epilepsia:
Buscar el retorno a los patrones de comportamiento de sus hijos con epilepsia, que se observaban antes de la cuarentena, es decir, tener horarios para dormir y tomar los alimentos y reducir el tiempo de exposición a pantallas, todo lo cual redundará en un apego al tratamiento y la toma adecuada de los medicamentos.
“Recordar que es muy importante ser puntuales en la toma de medicamentos indicada por los especialistas, para asegurar la efectividad del tratamiento”. El uso de alarmas puede ayudar a evitar atrasos.
Por último “hay que Impulsar en sus hijos la realización de actividades físicas en casa, lo cual es algo muy importante, así como seguir hábitos saludables en la ingesta de los alimentos, para mantener un control de peso”, puntualizó el especialista.