En momentos como los que vivimos a causa del Covid-19 y donde miles de consultas en persona se han postergado, la telemedicina vuelve a asomarse como una opción para mantener el contacto médico-paciente y así, minimizar el riesgo de transmisión del nuevo coronavirus mientras se otorga atención y tratamiento a quienes lo necesitan.
Implementar estas opciones de atención requiere que las instituciones de salud conozcan sus capacidades internas y su “nivel de madurez” y para eso, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en colaboración con otras instituciones y expertos de la región y de España, crearon una herramienta que, con preguntas agrupadas en seis categorías (preparación organizacional, procesos, entorno digital, recursos humanos, aspectos normativos y conocimiento especializado), caracteriza de 1 a 4 el nivel de madurez de las instituciones para introducir atención médica a distancia.
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Esta herramienta también facilita la identificación de posibles brechas o esferas que requieren atención y el apoyo técnico de expertos, al tiempo que presenta oportunidades para que las instituciones se autoevalúen y definan prioridades en estos tiempos de pandemia.
Ahora más que nunca necesitamos de soluciones que permitan ofrecer servicios de salud a distancia, pero no sin un análisis que permita asegurar que los procesos serán costo eficientes, seguros y poniendo a las personas al centro de la atención.
SGR
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