Este padecimiento conforma la cuarta causa de consulta en el servicio de Ginecología del Instituto.
La pérdida involuntaria del control de orina es un problema que afecta a 3 mujeres por cada hombre, su incidencia es mayor después del embarazo y durante la menopausia. Un factor que también lo desencadena es la mala calidad en tejidos pélvicos o problemas de la vejiga, señalan especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El doctor Eduardo Serrano Brambila, Jefe del Servicio de Urología del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, dijo que la pérdida en el control de la vejiga aqueja a 30 por ciento de las mujeres en general, lo que representa 15 millones 900 mil féminas mayores de 20 años de edad.
Subrayó que durante la gestación la propensión de la incontinencia aumenta en un 40 por ciento, debido a ello 6 de cada 10 madres sufren falta de contención urinaria después del parto, conformando la cuarta causa de consulta en el servicio de ginecología del Instituto, situada por debajo del cáncer cervicouterino.
Explicó que otro grupo afectado son las mujeres durante la menopausia; en esta etapa la prevalencia es de 74 por ciento, debido al deterioro de los tejidos pélvicos asociados a la edad, o bien, a problemas como mal de Parkinson o Alzheimer, que impiden a la paciente el control de su aparato urinario.
En el caso de los varones la tendencia es menor y puede desarrollarse debido a lesiones quirúrgicas, enfermedad de la próstata o a infecciones derivadas de un cuadro de diabetes mal atendida, abundó.
El urólogo del Seguro Social indicó que la incontinencia urinaria se clasifica de acuerdo a su severidad. Por ello, la asociada a la risa, al toser o al cargar un objeto pesado se denomina incontinencia de esfuerzo; cuando el paciente tiene la necesidad imperante de orinar, se le conoce como de urgencia. La más grave involucra aspectos funcionales que es la total y las relacionadas con infecciones urinarias son las transitorias.
Por su parte, el doctor Manuel Mario Matute González, Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital de Gineco Obstetricia Nº. 3 del Centro Médico La Raza del IMSS, destacó que en el Instituto se realiza el diagnóstico por medio de la urodinamia, mediante el cual se observa el funcionamiento de la vejiga y se determina la gravedad de la incontinencia, para su posterior tratamiento, que puede ser con medicamento cuando sea un caso de poca gravedad.
Esta valoración también se realiza en el Hospital de Gineco Obstetricia Nº. 4 “Luis Castelazo Ayala” y en el Centro Médico de Occidente
El doctor Matute agregó que un procedimiento quirúrgico es necesario cuando la incontinencia es ocasionada por esfuerzo, en estos casos el órgano posiblemente esté caído.
La operación consiste en la elevación de la vejiga; este procedimiento se realizó a Eloisa, derechohabiente que después de dos partos desarrolló incontinencia de esfuerzo, tiempo después sufrió caída de vejiga, lo que hizo más severo más su cuadro.
Matute Gonzáles comentó que otro recurso empleado en el tratamiento, al no ser necesaria la cirugía, son los ejercicios pélvicos de Kegel (desarrollados por el Dr. Arnold Kegel, de origen norteamericano, en 1940); que están diseñados para fortalecer y dar control voluntario al músculo pubococcígeo, que forma parte de la vagina y la vejiga y es el responsable de evitar la salida de la orina.
También se les proporciona a los pacientes a una dieta, en la que se eliminan alimentos que provocan incontinencia como la cebolla, el chile, la pimienta, el aguacate, el jitomate y tomates verdes, así como té, café, bebidas alcohólicas, cervezas y refrescos, que incrementan la urgencia y frecuencia urinaria, concluyo el experto.
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