Los niños que manifiestan falta de energía, motivación, interés, pocas ganas y llanto fácil pueden padecer depresión, una enfermedad psiquiátrica que impide a los niños realizar sus actividades cotidianas.
Arturo Soria, Jefe del Departamento de Psiquiatría del Hospital Infantil de México, %u201CFederico Gómez%u201D, afirmó que el motivo más frecuente de la depresión infantil es cuando el niño se da cuenta que no alcanza los logros para el nivel de exigencia que le impone la escuela, no cumple con las expectativas de sus padres o están en proceso de divorcio y las cosas no están como el pequeño quisiera.
EL especialista subrayó que los papás deben entender que lo más importante es la autoestima del menor y debe proporcionarle seguridad más que exigirle una calificación o un rendimiento académico excelente.
Las manifestaciones de la depresión dependen de la edad del niño y se pueden presentar a partir de los 12 meses de edad, debido, por ejemplo, a una separación súbita y a pesar de no manifestar las emociones, tiene cambios en los hábitos de sueño, alimentación, estado de ánimo, apego y dificultad para separarse de las personas. En cambio, un niño de 11 años manifiesta los síntomas propios de la depresión.
Explicó que las causas principales de la depresión son biológica y psicológica. La primera, es una alteración en el funcionamiento químico del cerebro. La psicológica es la más frecuente y se debe a pérdidas reales o ideales, porque cuando un niño pierde algo, elabora un duelo acompañado de síntomas depresivos y de no atenderse, se convierte en una depresión.
El tratamiento consiste en una terapia cognitivo-conductual que dura no más de ocho meses durante la cual se le ayuda al niño a entender, lo que está pasando, sintiendo, el origen de su comportamiento o su malestar con el objetivo de que aprenda a enfrentarlo y manejarlo de otro modo. En pocos casos se requiere de medicamento para corregir síntomas de sueño, inestabilidad, falta de apetito y llanto fácil.
Finalmente, recomendó a los padres, observar si sus hijos manifiestan los síntomas, investigar los factores de las modificaciones de conducta, por ejemplo cambio de casa, escuela, divorcio de los padres, el padre o madre se vuelve a casar, pérdida del estatus económico.
De ser así, lo debe llevar con un especialista en niños, ya sea psiquiatra o psicólogo porque una depresión crónica o recurrente puede ser incapacitante, o sea, que alguien no funcione óptimamente.
Arturo Soria, Jefe del Departamento de Psiquiatría del Hospital Infantil de México, %u201CFederico Gómez%u201D, afirmó que el motivo más frecuente de la depresión infantil es cuando el niño se da cuenta que no alcanza los logros para el nivel de exigencia que le impone la escuela, no cumple con las expectativas de sus padres o están en proceso de divorcio y las cosas no están como el pequeño quisiera.
EL especialista subrayó que los papás deben entender que lo más importante es la autoestima del menor y debe proporcionarle seguridad más que exigirle una calificación o un rendimiento académico excelente.
Las manifestaciones de la depresión dependen de la edad del niño y se pueden presentar a partir de los 12 meses de edad, debido, por ejemplo, a una separación súbita y a pesar de no manifestar las emociones, tiene cambios en los hábitos de sueño, alimentación, estado de ánimo, apego y dificultad para separarse de las personas. En cambio, un niño de 11 años manifiesta los síntomas propios de la depresión.
Explicó que las causas principales de la depresión son biológica y psicológica. La primera, es una alteración en el funcionamiento químico del cerebro. La psicológica es la más frecuente y se debe a pérdidas reales o ideales, porque cuando un niño pierde algo, elabora un duelo acompañado de síntomas depresivos y de no atenderse, se convierte en una depresión.
El tratamiento consiste en una terapia cognitivo-conductual que dura no más de ocho meses durante la cual se le ayuda al niño a entender, lo que está pasando, sintiendo, el origen de su comportamiento o su malestar con el objetivo de que aprenda a enfrentarlo y manejarlo de otro modo. En pocos casos se requiere de medicamento para corregir síntomas de sueño, inestabilidad, falta de apetito y llanto fácil.
Finalmente, recomendó a los padres, observar si sus hijos manifiestan los síntomas, investigar los factores de las modificaciones de conducta, por ejemplo cambio de casa, escuela, divorcio de los padres, el padre o madre se vuelve a casar, pérdida del estatus económico.
De ser así, lo debe llevar con un especialista en niños, ya sea psiquiatra o psicólogo porque una depresión crónica o recurrente puede ser incapacitante, o sea, que alguien no funcione óptimamente.