Trastorno o discapacidad motora que en ocasiones puede también afectar la parte intelectual de los niños, ésta, se origina en las etapas de formación del niño en el vientre de la madre (prenatal), cuando el bebé tiene sufrimiento fetal a la hora del nacimiento (perinatal) o en la niñez (posnatal).
Con respecto al tema, psiquiatras del Hospital General Regional No. 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social, Delegación Estado de México Poniente, mencionan que la Parálisis Cerebral Infantil (PCI) en la primer etapa se puede originar cuando la madre no lleva un buen control de su embarazo; en la segunda etapa por la falta de oxigenación al cerebro del bebé; y en la niñez a causa de traumatismos craneales, fiebres altas con convulsiones, intoxicaciones por plomo, además de infecciones como la meningitis.
En estas etapas, se causan daños en el sistema nervioso central, lo que genera la discapacidad del sistema motriz.
Esta enfermedad caracteriza a los niños que la padecen por la falta de movilidad y la rigidez de sus extremidades, pero el movimiento de sus ojos y la sonrisa prevalecen; sin embargo, cuando ésta además de ser motora es intelectual, los niños presentan ausentismo.
En algunos casos la PCI, provoca daños mínimos en el sistema nervioso y en ocasiones sólo afecta una parte del cuerpo, es decir sólo una mano o pie, aunque, dependiendo del daño generado en el cerebro será la afectación motora, mencionaron.
Los especialistas mencionan que a pesar de ser un padecimiento grave y es la primer causa de invalidez en los niños; actualmente tiene cura a través de tratamiento farmacológico y terapéutico, pero recalcaron que lo importante es la detección oportuna del padecimiento y suministrar el tratamiento de manera temprana.
El Instituto Mexicano del Seguro Social a través de la Delegación Estado de México Poniente, cuenta con el personal capacitado para atender este tipo de trastornos, y en la rehabilitación instruyen a los padres para seguir realizando la terapia en casa.
Es sumamente recomendable que ante cualquier padecimiento o malestar, suyo o de su familia, en alguna de las etapas antes mencionadas acudan a la Unidad de Medicina Familiar para ser valorados y de ser requerido canalizado a un especialista para corregir dicho trastorno.