Sanamente.mx.- Alrededor del tres por ciento de la población infantil padece el Trastorno Por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que afecta su desarrollo y calidad de vida, por ello es necesario detectarlo y tratarlo oportunamente, ya que los menores que no reciben el tratamiento requerido son más susceptibles a caer en adicciones.
Así lo dio a conocer el Subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, José Meljem Moctezuma, al inaugurar el 12 Congreso Internacional sobre el Trastorno por Déficit de Atención, quien aseguró que desde el nivel primario puede asegurar un buen pronóstico.
En representación del Secretario de Salud, José Narro Robles, Meljem Moctezuma explicó que los síntomas empiezan con inatención, impulsividad, hiperactividad, problemas de comportamiento escolar, aprendizaje y deficientes relaciones interpersonales.
Destacó que este trastorno se debe atender con un enfoque multidisciplinario que mejore las habilidades y competencias diagnósticas.
Asimismo reconoció la labor de las fundaciones que con acciones humanitarias y sociales contribuyen a la atención y solución de problemas en las familias que tienen un miembro con TDAH.
En su oportunidad, la Presidenta de la Fundación Cultural Federico Hoth y creadora del Proyectodah, María Elena Frade Rubio, dijo que trabajan con los padres de familia, docentes, psicólogos y médicos para que cuenten con las habilidades que ayuden a los menores a estructurar sus vidas y llevar un tratamiento adecuado.
Mencionó que los síntomas en los menores con TDAH duermen poco, no siguen instrucciones, tiene mucha energía, no se concentran en sus tareas, o lo hacen por espacios cortos, hablan mucho y pierden cosas.
Frade Rubio señaló que se diagnostica a partir de los tres años de edad y se presenta con el 49 por ciento en las mujeres con la característica de inatención y 51 por ciento en los hombres con impulsividad como principal síntoma.
La presidenta de la Fundación alertó que quienes no son atendidos adecuadamente pueden ser víctimas de violencia intrafamiliar, deserción escolar y fracaso laboral.
De igual manera, se exteriorizan situaciones emocionales que derivan en depresión y ansiedad por tener baja autoestima y poca seguridad.