Durante el marco del XXV Congreso Nacional de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM), se llevó a cabo el simposio: “Protegiendo al cuidador: Del Estrés al Burnout desde el punto de vista neurológico y psiuiátrico” por parte de las destacadas especialistas; María Soledad Rodríguez Verdugo, Doctora en Psiquiatría y la Doctora en Neurología Marisela Concepción Parra Bernal. Quienes expresan y como una atención a esta edición especial (lo cual agradecemos), nos ofrecieron el siguiente extracto de su relevante exposición.
El Cuidado del Cuidador: Del Estrés al Burnout, depresión o suicidio.
Dra. María Soledad Rodríguez Verdugo Dra. Marisela Concepción Parra Bernal
El presente resumen intenta mostrar la importancia del cuidado del médico y el familiar de pacientes con discapacidad para destacar puntos alrededor de tres aspectos fundamentales:
1.- La naturaleza del cuidado
2.- La carga del cuidador con el subsecuente riesgo de enfermar
3.- La respuesta para aliviar esta carga.
Con esto se pretende reunir y visibilizar un área de estudio e interés para los profesionales de la salud en general y de la Neuropsiquiatría en particular.
El cuidado familiar es un fenómeno en aumento que tiene lugar en condiciones cada vez más difíciles por lo avanzado de la edad de los cuidadores, su propia morbi-lidad, la duración de la enfermedad y la complejidad del cuidado.
Enfermedades comunes a la neurología y la psiquiatría como: la parálisis cerebral infantil, la esquizofrenia, la epilepsia refractaria, el trastorno bipolar, las demencias, tanto las de origen físico como las ocasionadas por el consumo de drogas y la discapacidad por envejecimiento natural, son las principales generadoras de necesidad de cuidadores informales y formales.
La Organización Mundial de la Salud, en su informe del 2011, aseguró que más de mil millones de personas en todo el mundo viven con alguna forma de discapacidad; En los años venideros, esto será motivo de mayor preocupación debido al aumento de su prevalencia, secundario al aumento de enfermedades como la diabetes, el cáncer, los trastornos mentales y las enfermedades cardiovasculares.
La naturaleza del cuidado que se realiza está determinado por las necesidades de la persona con discapacidad y en muchas ocasiones, la demanda puede ser superior a las propias capacidades del familiar y al mismo tiempo cuentan con apoyo limitado y escaso para llevar a cabo tareas difíciles de asumir para una sola persona.
La acción de cuidar tiene sus beneficios positivos, como generar el incremento de la autoestima, el reconocimiento social, el incremento de la cohesión familiar, el recibir donativos o los beneficios del seguro del enfermo crónico, pero al mismo tiempo los efectos negativos como: la pérdida de tiempo para el autocuidado, las relaciones sociales y las pérdidas económicas por abandono del empleo, así como el uso de ahorros que conllevan la modificación de la vivienda para el mejor cuidado y la comodidad de la persona con discapacidad, generan un estrés dado por la propia percepción que el cuidador tiene de estos cambios: una situación sin posibilidades de mejora, vivida como amenaza.
La sobrecarga física, psicológica y emocional que sufren los cuidadores, sobre todo los que no tienen posibilidades de recibir un apoyo familiar, económico o institucional, para llevar a cabo un cuidado adecuado en condiciones favorables; es mayor en cuanto menos apoyo y conocimiento acerca de la enfermedad y el cuidado requerido se tenga.
El cuidador tanto informal como formal puede desarrollar un síndrome de fatiga crónica (Síndrome de Burnout) que conlleva a que se relacione con patologías más graves como la ansiedad y la depresión o incluso el suicidio.
En nuestra experiencia con personas enfermas de esquizofrenia atendidas durante más de 10 años en el Instituto Nacional de Psiquiatría y de los cuales existen varias publicaciones, en la de Rascó y cols. los familiares responsables del cuidado son mujeres, principalmente la madre o una hermana y tienen una edad promedio de 54.5 años, con una desviación estándar de 13.6 años. De los cuales El 30.5 % de los familiares presentó uno o más diagnósticos; el diagnóstico más frecuente fue el de trastorno afectivo con 16.6 %; en segundo lugar, los trastornos ansiosos (fóbicos y somatoformes) con 11.1 %. El trastorno psiquiátrico relacionado con algún otro tipo de trastorno físico o emocional (diagnosticado por el médico) se encontró en 13.8 % de la muestra.
La respuesta para aliviar esta carga emocional, física o psicológica no es exclusiva de ninguna especialidad médica; el tema del cuidado del cuidador constituye un tema de gran importancia para el médico, pues, por su nivel de conocimiento y cercanía durante la consulta, está en una posición única para detectar el estrés en los cuidadores, potenciar sus fortalezas y llamar la atención sobre sus necesidades, sin olvidar las propias.
Cuando el médico recibe a un paciente con enfermedad crónica y alguna discapacidad, adquiere también la responsabilidad de pensar en la atención del familiar que lo acompaña y de manejar sus propias necesidades para evitar la fatiga crónica y evitar que un paciente se convierta en 3 pacientes.
Los médicos debemos estar preparados para detectar y ayudar a los cuidadores con angustia, ira, negación, depresión, étc y apoyarles de acuerdo con la progresión de la enfermedad con las estrategias que sean las más adecuadas según el momento, pero sobre todo con intervenciones psicoeducativas.
El cuidador (médico o familiar) debe recordar que la primera obligación que tiene, después de atender al enfermo, es cuidar de sí mismo y saber cómo prevenir el desgaste físico y emocional que produce el trabajo continuo con un enfermo sin muchas posibilidades de recuperación.
Además de comer y dormir bien, ejercitarse y descansar, para prevenir cualquier desgaste secundario al estrés, se puede recomendar el uso de un adaptógeno (fitofármaco que ayuda a que pueda resistir situaciones de estrés que normalmente afectarían el funcionamiento de forma negativa) como el extracto de Rhodiola rosea WS® 1375 patentado en Alemania indicado como auxiliar en los síntomas físicos y mentales del estrés y que ha demostrado reducir los efectos nocivos del estrés en estudiantes de medicina en períodos de estrés intenso como los exámenes y en deportistas de alto rendimiento , así como en profesionales de la salud y ejecutivos de alto rendimiento.
Diversos autores como la Dra. Pérez-Ríos y cols. En su libro: Tómese en Serio y Diviértase , consideran importantes los siguientes aspectos para tratar de llevar una vida más adaptada y ligera: Aprender a cultivar el buen humor, procurar conservar el optimismo, no permitir que las circunstancias neutras o inocuas se conviertan en causas de estrés, organizar su vida y aceptarse uno mismo tal como es, evitando echar la culpa a otros por las cosas que salen mal, entre otras cosas.
Y por último, para prevenir el estrés por sobrecarga se requiere de profesionales formados y sensibles en el cuidado del cuidador, los que sin duda mejorarán las propias condiciones de salud y la de los cuidadores familiares.
Próxima Edición Médica especial de Sanamente.mx (Impresa y Digital) “XXV Congreso Nacional y V Congreso Internacional, Mérida 2017” y Edición Médica LaSalud.mx “46° Congreso Mexicano de Reumatología en Chihuahua”
Este artículo se publicó en la versión impresa de Sanamente.mx y LaSalud.mx, en Milenio Diario e Instituciones de Salud, puede consultar la Edición Digitalizada en https://issuu.com/grupo-mundodehoy/docs/marzo_2018_-_sanamente.mx_-_edici_n