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Las personas que pierden alguna extremidad o una parte del cuerpo como las orejas y falanges, pueden experimentar la sensación de que tienen esa zona que se les amputó e incluso sentir dolor, y dura horas o años.
Esa sensación llamada Síndrome del Miembro Fantasma es hasta cierto punto normal y la experimentan alrededor de 75% de las personas que sufre una amputación.
En entrevista, el subdirector de Medicina de Rehabilitación del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Álvaro Lomelí Cuevas, explicó que existe un fenómeno que puede o no acompañarse a la sensación del miembro fantasma que es el dolor por miembro fantasma.
El dolor por miembro fantasma es una alteración totalmente anormal y desagradable porque en la extremidad que ya no existe el paciente siente dolor, ardor o cosquillas. Menos de 10% de las personas amputadas padece ese estado y es más común en quien tuvo mayor sufrimiento previo a la pérdida del miembro.
El especialista aclaró que son dos estados diferentes porque el primero es simplemente la sensación de la presencia corporal y cuando hay dolor se considera como enfermedad.
Los niños también experimentan el síndrome, aunque en menor proporción que los adultos, probablemente porque la plasticidad cerebral se reacomoda más rápido y fácil en los niños, aunque hay posibilidad de que aparezca el síndrome en los pequeños que sufrieron amputaciones por quemaduras o tumores.
El subdirector de Medicina de Rehabilitación señaló que el miembro fantasma sin dolor ayuda a la rehabilitación protésica porque la sensación de su antigua extremidad hace que reconozca a la prótesis como propia. En cambio cuando hay dolor, la prótesis puede aumentar los síntomas.
La sensación del miembro dura en promedio dos o tres meses pero puede ser desde horas, días o años e incluso no es raro que se levante creyendo que tiene esa extremidad y se caiga.
Entre más corta es la amputación, menor es la sensación de tipo fantasma, es decir, si pierde una uña o un dedo no lo siente, pero si es el pie, el brazo o la mano, pueden tener esa sensación.
El tratamiento para la sensación del miembro fantasma es la aplicación de su prótesis, pero si le causa ansiedad o desagrado, debe evaluarlo un psicólogo o psiquiatra.
El síndrome de dolor es muy complicado y se tiene que atender de manera multidisciplinaria, interviene el ortopedista, el cirujano vascular periférico, el médico de rehabilitación, psiquiatra, psicólogo y especialistas de la clínica del dolor.
Algunos pacientes responden sólo con tratamiento fisioterapéutico a base de electroterapia láser o ultrasonido, otros además de esas medidas requieren medicamentos analgésicos e incluso opiáceos para controlar el dolor.
Cuando salen del esquema, deben ser tratados de forma multidisciplinaria siempre con ayuda de médicos algólogos que son los especialistas en clínica del dolor para darle toda una gama de tratamientos, porque les dan uno y otro y todos son fallidos.
Al respecto, Froylan Enrique Calderón Castañeda, psiquiatra del Instituto Nacional de Rehabilitación, detalló que la sensación del miembro se debe a que el área terminal del cerebro ya tiene registradas las extremidades y demás partes del cuerpo y cuando se amputan la percepción se mantiene.
La pérdida de la extremidad puede generar depresión, ansiedad y baja autoestima que se deben manejar con psicoterapia y medicamentos, dependiendo del caso.
Cuando el miembro fantasma causa dolor, además de los aspectos psicológicos o de ansiedad, hay que manejarlo con analgésicos.
En 2007 se atendieron en el INR 152 pacientes amputados adultos, de ellos 15 presentaron síndrome de dolor por miembro fantasma y ninguno requirió atención en la clínica de dolor, porque su caso se resolvió con tratamientos convencionales con analgésicos y electroterapia.
Informó que se estima que en México cada año ocurren 43 mil amputaciones hospitalarias, pero probablemente sean más porque muchas no se reportan, sobre todo si ocurren en el área rural.
