A 32 años del primer trasplante de corazón en la historia de la medicina mexicana, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) puso el ejemplo y continúa como líder en trasplantes de este órgano a nivel nacional.
“No hay institución que tenga mayor número de trasplantes de corazón y con la calidad que hace el Seguro Social”, afirmó el doctor Rubén Argüero Sánchez, quien hace más de tres décadas encabezó al grupo de especialistas del Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional La Raza, que de manera exitosa implantó al señor José Tafoya Hernández – que en ese entonces tenía 45 años – el corazón de una mujer con muerte cerebral.
Recordó que “en esa época estaba realmente restringido tomar un órgano de un sujeto que había fallecido con corazón latiendo, esto fue lo que cambió y transformó la cultura relacionada con la muerte cerebral, abrió los programas de trasplantes en nuestro país”.
Este suceso cambió mi vida totalmente, a partir de entonces hemos estado totalmente comprometidos como médicos y ante la misma sociedad, pues debo seguir siendo ejemplo, demostrar que en este país sí se pueden hacer las cosas bien y que sí tenemos recursos para hacerlo, aseguró.
“En el Seguro Social he tenido enormes satisfacciones, tan es así que después del trasplante siguió la investigación: participamos con ocho países más en el mundo para la realización de la cardiomioplastía e iniciamos en el mundo el implante de células madre al corazón, no hay institución en el mundo que haya tenido 108 casos de implante y eso fue en el Instituto”, enfatizó.
Argüero Sánchez, que laboró 47 años en el IMSS, sigue activo como académico en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Señaló que a 32 años de este suceso, persiste la escasez en cuanto al número de donantes y hay una demanda creciente de personas que requieren un corazón para otra oportunidad de vida.
El doctor Rubén Argüero dijo si bien hay avances en la materia, se debe continuar con la cultura de la donación de este órgano, además de tejidos como córneas, “son un material biológico invaluable, que no es renovable, hablar de un órgano es hablar de algo que no es fácil ponerle un valor, pues ese valor se llama vida”.
Indicó que a nivel nacional los retos para incrementar el número de donaciones y colocarse entre los líderes del continente en materia de trasplantes, está fortalecer la figura del coordinador hospitalario de trasplantes, que en la terapia intensiva se dé mayor acceso a pacientes con muerte cerebral, a fin de aprovechar sus órganos y tejidos, e invertir en equipos y soluciones que den mayor duración a los órganos previo al trasplante.
“Se demostró que se pueden hacer procedimientos que permiten cambia la vida de nuestros derechohabientes, como son los trasplantes de corazón, hígado, riñón y córneas; sí es motivo de orgullo saber que dejo un legado y que gracias a nuestro esfuerzo inicial se formalizaron los cursos y la titulación de especialistas en cirugía de tórax con reconocimiento universitario”, subrayó.
En el contexto de la emergencia sanitaria por COVID-19 y la afectación grave de esta enfermedad a personas con enfermedades crónicas, entre ellas males cardiacos, el doctor Argüero Sánchez resaltó que el factor de prevención es básico, no se puede pasar por alto el aislamiento social, el uso de cubrebocas y continuar con las medidas sanitarias.
Argüero Sánchez señaló que ser médico es motivo de orgullo, ya que ésta es una profesión que da la oportunidad de ser útil a quien más lo necesita; “en particular la población del Seguro Social debe sentir el orgullo, porque son indispensables, no se puede pensar en México sin el IMSS”.
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