El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es la patología neuropsiquiátrica más común en todo el mundo en la población pediátrica, con 5.29%. Sin embargo, contrario a lo que se utilizaba anteriormente, de suministrarles tratamiento farmacológico de inmediato, un grupo de expertos en la materia de Latinoamérica descubrió un nuevo %u201Calgoritmo%u201D que basa la atención en medidas psicosociales.
En un artículo publicado en el volumen 32 de septiembre-octubre de 2009 de
El Algoritmo de Tratamiento Multimodal para Preescolares Latinoamericanos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) se basa en medidas psicosociales de manera continua durante al menos 12 semanas, primero con los padres y los maestros para lograr cambios significativos en estos niños, y después iniciar con los medicamentos.
El tratamiento del TDAH debe ser integral, personalizado, multidisciplinario y acorde con las necesidades y características específicas de cada paciente y región. Después de realizar un diagnóstico adecuado, se deben plantear las alternativas terapéuticas disponibles, entre ellas, las medidas de manejo psicosocial y el tratamiento farmacológico, según lo determine el especialista en psiquiatría, neurología y/o pediatría.
Los expertos señalan que la identificación temprana del TDAH, el proceso de diagnóstico diferencial adecuado y el tratamiento pueden disminuir el desarrollo de complicaciones futuras.
Esta propuesta se basa en un estudio realizado en diferentes países de Latinoamérica, en el cual, una revisión sobre los tratamientos del TDAH demostró que menos de 7% de los niños continúa con la medicación, menos de 23% utiliza la atención psicosocial y sólo entre 3 y 4% usa estimulantes.
La prevalencia del TDAH puede variar entre regiones y países latinoamericanos, pero se estima que es de entre 2 y 8% en preescolares. En la consulta psiquiátrica de este grupo de población, el TDAH es la patología más frecuente (86%), seguida de otros trastornos de la conducta disruptiva (61%).
Si bien en la etapa preescolar los niños, presentan de manera habitual conducta exploradora, hiperactiva, respuestas impulsivas, poca tolerancia a la frustración y márgenes de atención breves y fluctuantes, los menores con TDAH están siempre en movimiento, y son niños agotadores, demandantes, arriesgados y desobedientes.
Corren un riesgo mayor que sus pares de tener dificultades de comportamiento, sociales, familiares y académicas. Además, sus padres experimentan mayores niveles de estrés y enfrentan los problemas de manera diferente a los demás.
La probabilidad de que el trastorno persista en los años siguientes supera el 70%, y también es posible que los casos severos evolucionen a otros problemas psiquiátricos.
Durante los primeros años de vida, los síntomas más frecuentes del TDAH son los elevados niveles de actividad y de impulsividad, mientras que los problemas de atención son poco comunes debido a que en esta etapa las exigencias de atención son significativamente menores que en la educación primaria, por lo cual la mayoría pasan inadvertidos, y otros son mal diagnosticados como: dificultades de aprendizaje, alteraciones del desarrollo del lenguaje, motricidad y déficit de integración.
Los pilares fundamentales para el manejo de los niños preescolares con TDAH son las intervenciones psicosociales como el entrenamiento en manejo de pareja y la terapia de interacción padre-hijo y, por otra parte, el tratamiento farmacológico a corto y largo plazos, para evitar los efectos colaterales de la medicación.
Como grupo para el desarrollo de este algoritmo, se recomienda comenzar en todos los casos de TDAH de preescolares con estas medidas psicosociales de manera continua.