IPN contribuye a mejorar calidad de vida de personas con epilepsia.


    La epilepsia es una enfermedad incurable de tipo neurológico que padece alrededor del dos por ciento de la población mundial. Por ello, y ante la necesidad de desarrollar nuevos tratamientos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los pacientes con el tipo de epilepsia generada en el lóbulo temporal del cerebro, científicos del Instituto Politécnico Nacional trabajan en la elaboración de materiales nanoestructurados para hacer llegar al sistema nervioso central fármacos de liberación prolongada.

      La investigación que realizan los especialistas politécnicos forma parte de un proyecto multidisciplinario en el que también participan expertos de las universidades Autónoma Metropolitana y Nacional Autónoma de México, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, así como del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. 

     Cabe destacar que este grupo es pionero a nivel mundial en el desarrollo de esta investigación, cuya finalidad es evitar que los pacientes tomen medicamentos hasta por un año, ya que para diseñar los materiales nanoestructurados se aplican complejas variables matemáticas que permiten calcular con alta precisión la cinética de liberación de los fármacos.

      Miguel Patiño Ortiz, catedrático e investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Unidad Zacatenco, explicó  que el desarrollo del proyecto es complicado y, por ello, colaboran especialistas de diversas ramas del conocimiento como: médicos, biólogos, fisiólogos, neurólogos, químicos y especialistas en fractalidad.

     %u201CElaborar materiales de este tipo es delicado porque se aplicarán al ser humano y se requieren infinidad de protocolos de investigación para obtener óptimos resultados; el grupo de Mecánica Fractal de la ESIME Zacatenco -encabezado por el doctor Alexander Balankin-, participa directamente en la caracterización de los materiales nanoestructurados, tarea que implica un alto grado de precisión y meticulosidad, porque con ellos construimos diminutos neurorreservorios que deben tener características muy específicas%u201D, apuntó.

     El doctor Patiño Ortiz detalló que para evaluar la calidad de los materiales nanoestructurados se realizan pruebas In Vitro con líquidos especiales, que tienen características similares a las del encéfalo, por ejemplo la densidad.

     %u201CTambién tenemos que evaluar la biocompatibilidad con el tejido cerebral, para que no sea rechazado por el propio organismo. Asimismo se debe lograr que el tamaño de sus poros sea exacto para encapsular en su interior fármacos que se utilizan para el tratamiento de la epilepsia y liberarlos con la frecuencia requerida por el paciente%u201D, precisó Patiño Ortíz.

      Indicó  que después de caracterizar y evaluar los materiales In Vitro, se practica una cirugía estereotáxica (perforación mínimamente invasiva y específica del cerebro) a roedores, a los que inicialmente se provoca la epilepsia con sustancias químicas, para evaluar la acción de los neurorreservorios.

     Explicó que como parte de la evaluación que se realiza, se estudia el comportamiento de las señales cerebrales antes, durante y después de las crisis epilépticas de los roedores; se aplican métodos de análisis para comparar esos datos y poder realizar predicciones que permitan conocer en qué momento se puede presentar una crisis, así como el tiempo adecuado para realizar la cirugía estereotáxica, a fin de aplicar los neurorreservorios y, posteriormente, evaluar nuevamente el comportamiento de las señales encefálicas.

     El científico politécnico destacó que gracias al apoyo de la investigadora de la UAM, Unidad Xochimilco, Tessy María López Goerne, y de las especialistas del Instituto Nacional de Neurología, Emma Ortiz Islas y Mayra Álvarez Lemus, ha tenido la oportunidad de aplicar sus conocimientos en mecánica fractal para beneficiar a quienes padecen epilepsia, así como para el tratamiento de otras enfermedades, ya que los reservorios pueden tener múltiples aplicaciones.

      %u201CAdemás de probar la eficacia de los neurorreservorios para tratar la epilepsia, el grupo del área médica también evalúa su aplicación en el tratamiento de cirrosis hepática, para lo cual colocan estos materiales en la vena porta y han comprobado que después de un corto tiempo el hígado cirrótico recupera su estructura natural%u201D, afirmó.

      Patiño Ortiz refirió que por tratarse de sistemas complejos, el proyecto requiere de múltiples evaluaciones en modelos animales más grandes como conejos, perros y chimpancés y, posteriormente, en el área clínica, donde se estima que podrán realizarse
en el mediano plazo.

      Finalmente, el investigador del IPN mencionó que como producto de la línea de investigación, se han generado algunos artículos científicos dados a conocer en congresos internacionales y otros publicados en revistas de prestigio internacional. El más reciente de ellos apareció en la revista Trans Tech Publications, Switzerland.  

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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