Algunos gobiernos municipales han instaurado programas que incentivan el desecho de materiales chatarra
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estiman que al menos un cuatro por ciento de la población mundial está afectada por el Síndrome de Acumulación Compulsiva (SAC), consistente en guardar cosas en casa, por si algún día resultaran necesarias. Se caracteriza por la dificultad de deshacerse de objetos inservibles o que son poco utilizados.
Luis Sergio Ponce Guadarrama médico psiquiatra del Hospital General Regional No. 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), delegación Estado de México Poniente, asegura que este trastorno es difícil de diagnosticar, pues es común que todas las personas acumulen objetos a lo largo de su vida, pero en los enfermos hay excesos.
En particular este trastorno afecta a personas que tienen un bajo nivel de autoestima o que han pasado por problemas de carencia en su infancia y normalmente va acompañado de otros síntomas, como depresión, dependencia -al tabaco, alcohol u otras sustancias- e insomnio.
Cuando la acumulación de objetos -puede incluir ropa, comida, muebles, fierro viejo, cajas, libros, envases, etcétera-, se vuelve excesiva y llega a rebasar el espacio físico que las personas tienen para desplazarse, generando mala calidad de vida, puede considerarse que es un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), dijo el doctor Ponce.
Una vez que la situación rebasa la tolerancia, puede generar problemas en el entorno familiar y social, con los vecinos, pero más importante, provoca problemas físicos y mentales serios para quien lo padece, pues genera angustia, miedo, nerviosismo y apego a las cosas materiales.
Asimismo, esta acumulación puede ser causa de enfermedades físicas, hay quienes guardan comida, no importa si se encuentra en estado de putrefacción o ha superado las fechas de caducidad, sienten que deshacerse de ella sería como tirar su dinero o ser desperdiciados. Lo anterior genera focos de infección y acumulación de fauna nociva -pulgas, cucarachas, roedores-, entre otros riesgos.
Incluso, algunos municipios del Estado de México han dado inicio a programas de recolección de desechos para evitar que la acumulación de fierros oxidados, llantas y otros, se convierta en un problema de contaminación y salud pública.
Las personas que sufren del Síndrome de Acumulación Compulsiva ponen en peligro a sus familiares, a los vecinos y a sí mismas, ya que sus condiciones de vivienda pueden presentar mayores riesgos de incendio y son a menudo insalubres y peligrosas.
El médico del IMSS señala que no existen tratamientos farmacológicos para aliviar esta situación; pero sí hay alternativas psicológicas, en el que el terapeuta ayuda al enfermo a entender que no es necesario guardar todos esos objetos, buscando la manera de concientizarlo de que puede vivir mejor sin tantas cosas inútiles.
Si alguien quiere ayudar a una persona que acumula compulsivamente, hay que indagar si el enfermo está dispuesto a hablar con un profesional de la psicología o psiquiatría, ya que si se puede obtener su cooperación es más probable llegar a un resultado positivo, concluyó.