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Nota elaborada con información de Nature, retomada por el diario El País
Los resultados de un nuevo estudio publicado en Nature, han demostrado que los relojes inteligentes son capaces de notar sutiles cambios en el comportamiento de las personas que padecerán Parkinson. Cosas como mantener pulsadas las teclas del móvil cuando escribimos, cambios en el patrón de sueño, entre otros, son las señales que pueden percibir estos dispositivos mucho antes de que los síntomas del Parkinson se hagan visibles para los pacientes.
Los datos de este estudio se registran desde 2006 con ayuda de las autoridades sanitarias de Reino Unido con personas de más de 40 años. Los resultados sugieren que 103.712 de ellos fueron elegidos para darles un reloj inteligente y registrar su actividad durante una semana. De esa muestra, 273 personas contaban con un diagnóstico de Parkinson y con los resultados del estudio se diagnosticó a 196.
Se espera que los resultados de este estudio expliquen un patrón de comportamiento que se pueda medir para acortar el tiempo de diagnóstico de Parkinson y evitar su progresión.
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El párkinson es un trastorno neurodegenerativo del movimiento que se caracteriza por una progresión lenta de la enfermedad”, recuerda la investigadora de la Universidad de Cardiff (Reino Unido) y coautora del estudio, Cynthia Sandor. “Las personas afectadas experimentan síntomas motores como lentitud de movimientos, rigidez, dificultades de coordinación y temblores”, añade. Todos estos pródromos, o señales que preceden a la enfermedad, aparecen muchos antes de su diagnóstico. “Pueden presentar síntomas motores o no motores sutiles que a menudo pasan desapercibidos para las propias personas”. Pero a los acelerómetros, magnetómetros y giroscópicos que llevan las pulseras de actividad o los smartwatches no se les escapa. En teoría, los móviles también tienen toda esa tecnología, pero al no llevarlos siempre con uno, invalidarían sus registros.
La clave de los relojes inteligentes para ayudar a detectar el Parkinson se encuentra en el acelerómetro, un sensor que registra la aceleración, el inicio de cada movimiento y se representa en un sistema de tres dimensiones que cambia con cada segundo.
Para identificar patrones ente los miles y miles de gráficas resultantes, los investigadores del estudio se apoyaron de la inteligencia artificial. Así, observaron un descenso en la movilidad entre las 7 de la mañana y 12 de la noche de las personas que tenían el diagnóstico de Parkinson cuando les pusieron los relojes.
“Demostramos que una sola semana de datos capturados puede predecir eventos hasta con siete años de anticipación. Con estos resultados, podríamos desarrollar una valiosa herramienta para ayudar en la detección temprana de la enfermedad de Parkinson”, asegura Sandor, responsable del Instituto para la investigación de la Demencia de Reino Unido.
Ahora, la propuesta de los científicos es diseñar una plataforma que permita centralizar los datos de los relojes inteligentes de la población y determinar con anticipación quién podría desarrollar Parkinson, pues en la actualidad se trata de una enfermedad que no tiene cura o una terapia que sea capaz de frenar su avance.
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